A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España/ MANUEL CHAVES NOGALES / RENACIMIENTO / 328 páginas
La figura del reporter sevillano comienza convertirse en la gran excusa de los intelectuales que no tienen ni el necesario valor para reivindicar su verdadera ideología. Por descontado, que desde aquí siempre animaremos a acudir a las fuentes originales, como son las obras editadas por la editorial Renacimiento- pionera en rescatar del ostracismo a Chaves Nogales-y en estos días Libros del Asteroide, pero no deja de ser un punto en cintra que académicos como Pérez Reverte o Trapiello que sabemos de sus querencias políticas, acaben ensalzando a esta excepcional pluma como representante de lo que han llamado tercera España.
Nadie en su sano juicio, pone en duda el talento narrativo y para manejar con especial habilidad el tiempo del relato y su resolución, pero no es menos cierto que la figura de Manuel Chaves Nogales no tendría la importancia que tiene si sus crónicas se hubiesen desarrollado durante la Guerra de Marruecos o en la década de los 80 del pasado siglo. La carga política y de retrato de la II República y la Guerra Civil Española y el reclamo de Chaves Nogales de su talante político moderado es la coartada perfecta para dar carta de naturaleza a la actitud naif con la que se trata ese período de nuestra Historia reciente. El “eran todos igual de malos”, “Los dos bandos hicieron barbaridades” y demás espantajos absurdos que difícilmente puede aceptar cualquier persona con una mínima formación académica pueden llegar a hacerse realidad cuando se lee esta crónica realizada en los comienzos de la contienda.
Es necesario leer a Chaves Nogales, para aprender a escribir, a narrar a combinar con la maestría que lo hace el punto y coma, con las descripciones prolijas y para que como los buenos delanteros centro se remate con firmeza y picando el balón y dirigiendo hacia el fondo de la portería cada uno de los relatos recogidos en este “A sangre y fuego”. Es necesario leer a Chaves Nogales para constatar que esa Tercera España no existe y recordar a sus exégetas que esa equidistancia que en términos políticos no debería existir en torno a la II Guerra Mundial, tampoco nos la podemos permitir los españoles cuando se habla de nuestra guerra civil.
Quiero saver cuanto cursta el sangre y fuego Agustin nuñez nusa